Por Anna de Pedro
Cruzar la puerta de Capacis fue para mi volver a encontrarme con nuestros valores más auténticos.
Cada rincón de su jardín y cada piedra de su Fundación guarda una historia de esfuerzo, ilusión y trabajo en equipo. Ya dentro, entre sus paredes, las sonrisas, la cooperación, el compromiso y muchas muchas ganas de aprender.
No dejan de sorprenderme ni la voluntad inquebrantable de superación de los jóvenes ni la admirable dedicación con la que todo el equipo les acompaña día a día.
Todos ellos lo creen, todos ellos son CAPACES.